sábado, 16 de julio de 2005

“QUERER ES PODER”

Estimados amigos:

Mi nombre es María Jesús. Nací el día 24 de Diciembre y, como era Nochebuena, el doctor tenía prisa y le provocó el parto a mi madre, sacándome con “forceps” y “ventosas”. La comadrona me depositó en una mesita creyendo que estaba muerta ya que salí morada a consecuencia de la falta de oxígeno. Por suerte, una enfermera que pasaba por allí, vio que respiraba y comenzaron a reanimarme.

Al poco tiempo de nacer, mis padres me llevaron al pediatra y me encontró normal, porque en la prueba de los reflejos que le hacen a los recién nacidos yo estaba perfectamente, ya que, gracias a Dios, en lo intelectual no me ha afectado para nada. Fue a los 11 meses, cuando los niños pequeños comienzan a caminar, cuando se dieron cuenta que andaba de “puntillas”.

Un doctor de Almería, llamado Don Manuel Martínez Del Pino, diagnosticó que tenía un “espasmo muscular” que me afectaba un poquito, al brazo y a la pierna derecha. A partir de aquí, mis padres comenzaron a llevarme a un gimnasio de Almería 3 veces por semana, pues de pequeña vivía en un pueblo llamado Canjáyar, a 47 kilómetros de la capital. Los días que no iba al gimnasio, mi madre me hacía la gimnasia en casa.

A los 9 años comencé a ir al Colegio Público de mi pueblo, donde cursé los 8 años de la Enseñanza General Básica. Me encantaba estudiar. Continué mis estudios en el Instituto de Formación Profesional, obteniendo el título de “Técnico Especialista Administrativo”.

Una vez terminado el Instituto, quería continuar estudiando en la Universidad, para lo cual tuve que irme a vivir a Almería. Me matriculé en “Ciencias Económicas y Empresariales”. Mi madre me llevaba y después iba a recogerme, le daba “miedo” dejarme sola por si me caía o me pasaba algo. Nunca he necesitado ayudas técnicas, es decir, ni sillas de ruedas, ni bastones, ni muletas, ni botas ortopédicas, siempre he caminado sin necesidad de apoyos.

Cuando estaba en 2º curso de carrera, propuse que me dejaran ir y venir sola a la Universidad, que no me pasaría absolutamente nada, si me caía, ya me levantaría y continuaría andando. Al principio no querían dejarme pero al final, por superación personal, lo conseguí. Además continuaba visitando a médicos, haciendo rehabilitación física, y la mejoría, aunque lenta, iba surtiendo efecto en mí.

Cuando terminé los tres años de “Ciencias Empresariales”, me llamaron para trabajar en San Isidro de Níjar, un pueblo situado a 33 kilómetros de Almería y desempeñar el puesto de “Jefa de Administración”. Fue mi primer trabajo, me hicieron un contrato de prueba y después pasé a la plantilla como fija.

A los diez meses de estar allí, me entrevistaron para trabajar en el Departamento Económico de una entidad en Almería y, por supuesto, acepté, ya que no es lo mismo trabajar en la ciudad donde resido que tener que estar desplazándome diariamente. Desde el año 1998 hasta 2001, llevaba la contabilidad de dos entidades diferentes, a partir de 2002 sólo desempeño mi trabajo en una entidad, me va fenomenal y me encuentro satisfecha con mi trabajo. Aprovecho para darle las gracias a mi jefe por haber puesto su confianza en mí.

No abandoné mis estudios cuando comencé a trabajar, quería llegar a ser “Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales”. Compaginé los estudios con mi jornada laboral trabajando mañana y tarde. Al final, gracias a Dios, conseguí lo que deseaba desde un principio: tener una Carrera Superior. Continuaba con el gimnasio y visitando al doctor que llevaba la evolución favorable de mi enfermedad.

En Marzo de 1998, visité la “Clínica Rúber” en Madrid, donde, me aconsejaron que fuera a Nueva York, para hacerme un tratamiento nuevo.

Enviamos mi diagnóstico y a los 3 meses, me telefonearon para decirme que habían estudiado mi caso y afortunadamente, era apta para someterme a esta pequeña operación quirúrgica que no tenía ningún riesgo.

El grado de mejoría que iba a obtener no se sabía con certeza, eso dependía de la persona en cuestión.

Estuve hospitalizada 3 días, luego iba a revisión para que el doctor viera mi evolución. En total, fueron 18 los días que allí pasé y que, por supuesto, aproveché al máximo para ver las cosas típicas y maravillosas que hay en la Capital del Mundo. Fue un viaje que no olvidaré en mi vida: iba a “cosas de médicos”, pero también aproveché para hacer “turismo”. Viajar y conocer lugares nuevos me entusiasma.

La mejoría obtenida hasta ahora, ha sido aceptable, pero irá evolucionando con el tiempo, es decir, aún mejoraré más, estoy segura pues me considero muy optimista y perseverante : “ todo lo que me propongo lo consigo “, me da igual el tiempo que tarde en alcanzar mis metas y objetivos.

Opino que todo lo que una persona se propone, lo puede conseguir; eso sí, a base de esfuerzo y sacrificio: “EL QUE ALGO QUIERE, ALGO LE CUESTA”.

He sido catequista en la Parroquia de la Santa Cruz de mi pueblo. Los fines de semana, impartía clases de Catequesis a niños que se estaban preparando para hacer su Primera Comunión. Durante más de 9 años he desempeñando esta labor, me gustaba muchísimo, ya que los niños me encantan y me lo pasaba fenomenal con ellos.

Me considero una persona alegre, tremendamente positiva, abierta, extrovertida y me fascina relacionarme con la gente.

Jamás he tenido ningún tipo de complejo ni me he sentido inferior a “los demás”.

Siempre, desde pequeñita, he tenido muy clara una cosa: si una persona puede hacer algo, yo también lo puedo conseguir. No he tirado la toalla en ningún momento y todos los obstáculos que la vida me ha ido poniendo, los he superado a base de constancia, fuerza de voluntad y, por supuesto, con la ayuda de mi familia que me ha apoyado en todo, al igual que yo los he motivado y les he inyectado fuerza y ánimo para superar todo tipo de situaciones, unas veces más duras que otras.

Gracias a Dios, todo se ha ido desarrollando como una cosa absolutamente normal, ya que, en realidad, ese es el adjetivo adecuado.

Quiero animar a todas las personas que sufren algún tipo de discapacidad, bien física, psíquica o sensorial y decirles que todos somos iguales y que NUNCA hemos de sentirnos inferiores a los demás. Debemos esforzarnos cada día más y más para lograr integrarnos en la sociedad.

Los primeros que hemos de luchar para conseguir esto somos nosotros, las personas afectadas. Nuestros padres y familiares directos no deben protegernos en exceso, ya que con ello lo que consiguen es apartarnos de las personas y eso es negativo.

Por experiencia personal afirmo que una persona debe considerarse como tal, independientemente de que posea, o no, una deficiencia.

La sociedad también debe poner de su parte: aceptarnos tal como somos y no mirarnos como “bichos raros”, pensando que no servimos para nada, cosa que es incierta. Tampoco deben tenernos lástima ni pena, sino acogernos en lo que somos.

Estoy totalmente convencida, de que poniendo nosotros de nuestra parte y la sociedad sólo un poquito de la suya, podemos lograr un mundo lleno de ilusiones de fraternidad, y sobre todo, de normalidad para las personas discapacitadas y lograr así, por fin, su total y merecida integración.

Decir también, que no debemos formar de un grano de arena, una montaña de problemas y dificultades, ya que todo en esta vida es pasajero y se puede superar.

En el año 2003, declarado por la Comisión Europea “ Año Europeo de las Personas con Discapacidad “, tuve la oportunidad y gran satisfación, de acercarme al mundo de la farándula al ser la introductora de la última obra de la Compañía Teatral de Don Eduardo Fajardo, actor internacional español.

La obra de teatro : “ ¿Quién me compra un lío? “, de José de Lucio y Julián Moy Ron, representada por un plantel de actores con y sin discapacidad, obtuvo el segundo premio en un certamen teatral “ normal “ , celebrado en Roquetas de Mar ( Almería ) y, tras pasar por varios teatros de la provincia, destacando: Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce, Auditorio Maestro Padilla, Alhama de Almería, Sorbas, Gádor, Macael, El Ejido…. ; y en la provincia granadina: Baza, y en el Teatro Isabel la Católica de Granada. En todos los lugares visitados, ha tenido una bonita y aceptable acogida por el público que ha podido ver y disfrutar de esta comedia.

En la introducción o preámbulo, explico con un texto propio, el motivo de por qué la obra está representada por algunos actores discapacitados, que no es otro que la filosofía de mi vida: “ Una persona discapacitada es tan válida como cualquier otra, si se lo propone y se considera como uno más “ .

Añadir que, en el año 2003, compré un piso en Almería, era uno de mis sueños, además tengo más proyectos e ilusiones por conseguir, y que con el paso del tiempo, estoy segura que se harán realidad.

Para finalizar, quiero hacer hincapié en un refrán popular español que viene “como anillo al dedo” para personas que sufren algún tipo de discapacidad: “QUERER ES PODER”.

María Jesús Mata Carretero